- Goldman Sachs recortó su pronóstico del precio del cobre para 2025 debido a la contracción en la demanda china. La entidad bancaria ahora recomienda invertir en oro, que podría alcanzar los US$2.700 por onza, como refugio ante la volatilidad económica.
La proyección a largo plazo de Goldman Sachs para el precio del cobre sufrió un golpe importante, al reducirse de manera drástica el valor estimado para 2025. La entidad señala que el precio del metal rojo, que anteriormente se preveía en US$15.000 por tonelada, ahora rondará los US$10.100. Este cambio está motivado principalmente por la desaceleración económica de China, principal consumidor mundial del cobre, cuya demanda más débil de lo esperado ha generado una acumulación de inventarios.
La situación de la economía china, que incluye problemas en el sector inmobiliario y una caída en las exportaciones, ha impactado los precios de varios metales, arrastrando al cobre hacia una caída del 18% desde mayo de 2024. Las dificultades que enfrenta China para alcanzar su objetivo de crecimiento económico del 5% también han afectado su consumo de materias primas, golpeando así a sus principales proveedores, como Perú y Chile.
Según el análisis de Samantha Dart y Daan Struyven, expertos de Goldman Sachs, el repunte del precio del cobre se retrasará, lo que ha llevado al banco a tomar una postura más cautelosa sobre las materias primas en general. Aunque el banco aún cree que en el largo plazo habrá un déficit de oferta en el mercado, las señales actuales obligan a adoptar un enfoque más conservador.
A pesar de este sombrío panorama para el cobre, Goldman Sachs identificó una oportunidad en el mercado del oro. Con la posible reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el banco prevé que el precio del oro podría alcanzar los US$2.700 por onza a principios de 2025. Este escenario podría atraer a inversionistas que buscan refugio ante la volatilidad económica y el riesgo geopolítico.
La demanda de oro está en ascenso, particularmente por parte de los bancos centrales de mercados emergentes, que desde 2022 han triplicado sus compras como medida de protección frente a sanciones financieras y crecientes niveles de deuda soberana. Según los expertos de Goldman Sachs, este movimiento refuerza la percepción del oro como un activo seguro y confiable en tiempos de incertidumbre.
En contraste, otros metales han mostrado una tendencia negativa similar a la del cobre. El mercado del aluminio, el mineral de hierro y el níquel también están enfrentando dificultades debido a la debilidad del sector inmobiliario chino, que es uno de los principales motores del consumo de estos materiales. En respuesta a esta volatilidad, Goldman Sachs optó por suspender su cobertura del mercado del zinc, una medida que subraya la incertidumbre reinante en la industria de los metales.
Este cambio de perspectivas afecta no solo a los mercados de materias primas, sino también a las decisiones de inversión en nuevos proyectos mineros a nivel global. El ajuste en el pronóstico de precios del cobre podría retrasar la puesta en marcha de nuevos depósitos, mientras que el enfoque en el oro como un activo más seguro podría redirigir el capital de inversión hacia este mercado en los próximos años.