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- ENAMI enfrenta un nuevo capítulo con el nombramiento de Iván Mlynarz Puig como vicepresidente ejecutivo, luego de un período marcado por declives financieros y desafíos en la modernización.
El escenario minero chileno experimenta cambios significativos con el traspaso de responsabilidades en la Empresa Nacional de Minería (ENAMI). La asunción de Iván Mlynarz Puig como vicepresidente ejecutivo marca un giro en la dirección de la empresa, en busca de soluciones tras los números negativos dejados por su predecesor, Jaime Pérez de Arce.
Durante el tiempo al mando de Pérez de Arce, ENAMI se vio envuelta en un declive financiero que dejó alarma en la industria. Un informe del Instituto Libertad y Desarrollo expuso cómo el patrimonio de la empresa estatal sufrió un descenso alarmante en tan solo 15 meses. A finales de 2021, el patrimonio ascendió a US$464 millones, pero a principios del presente año se redujo abruptamente a US$240 millones, una pérdida del 48%. Este sombrío panorama financiero ilustra los desafíos que Mlynarz Puig deberá abordar en su nuevo rol.
Una de las áreas que presentó controversia bajo la gestión de Pérez de Arce fue la modernización de la fundición Hernán Videla Lira en Paipote, Copiapó. El proyecto originalmente planteó inversiones de US$1.100 millones, proyectando beneficios de US$389 millones. Sin embargo, la Comisión Chilena del Cobre, entidad fiscalizadora de Codelco y ENAMI, identificó fallas en los cálculos, estimando pérdidas de hasta US$137 millones. Esta situación no plantea solo retos financieros, sino también cuestionamientos sobre la gestión de proyectos y toma de decisiones estratégicas.
El relevo en la dirección de ENAMI con Mlynarz Puig, geólogo con una trayectoria de 18 años en el sector minero, abre la puerta a nuevas estrategias para superar los obstáculos heredados. El Ministerio de Minería agradece la labor de Pérez de Arce y busca caminar la empresa hacia un período de estabilidad y crecimiento.
